la vida empieza a los treinta

25.9.16

Tomarse demasiado en serio

 
Es así. Me lo dijo una amiga cuando dejé de mirar, ahogada, el manual, y busqué la respuesta en los que a mi alrededor andan. La vida pasa por uno y no hay que tomarse demasiado en serio, dejarse llevar incluso cuando ves que te la vas a dar. Lo que pasa es que a veces nos damos demasiada importancia,  nos tomamos demasiado en serio, demasiado y serio...uf!
Nos creemos mas importantes para el devenir que la propia vida y queremos dirigir el camino hacia buen puerto, y como todos tenemos dudas guardaditas en la mochila, si te tomas tan en serio, no queda más remedio de que tirar de manual. Manual de la buena madre, manual del buen amante, del buen currante...Qué debo hacer para que las cosas vayan como deben ser, aun sabiendo que ese debe ser no soy yo. Si hago todo como se debe hacer, si sigo capitulo a capitulo y no levanto la cabeza, aunque me cueste respirar, no me equivocaré, haré lo que debo hacer, aun a costa de mi misma y así me aseguraré que mi camino llega a puerto.  Y el caso, en mi caso,  es, que cuanto más tiro de manual, más me cuesta respirar, cuanto más creo que de mi depende su felicidad, más aburrida me vuelvo. La vida, poderosa, me retuerce y me arrastra, cuando busco fuera lo que tengo en casa.

21.9.16

RESPIRAR HONDO


¿Es así? nada cambia al parecer por fuera, pero va haciéndose un remolino dentro que te retuerce hasta que cuesta respirar. ¿Es así? Si te sales del camino que se anda sin dar pasos con los pies, el alma se te encoje, y ya no cabes, y ya sientes que lo que quieres es correr muy lejos, pero sabes que no se puede huir y dejar atrás la congoja, que la marea te sigue, se va contigo allá donde estés. ¿Es así?. Será verdad que ya no puedes vivir sin escucharte porque el silencio te grita en el pecho, se te agarra al corazón y ya ni respirar hondo vale, no se va. Y los dos no cabéis dentro. Y tengo miedo de no saber qué me muerde en silencio, de no entender qué es lo que quiero, de vivir la vida de verano a invierno, esperando que pasen los días sin que me falte el aliento.

11.9.16

NOVIEMBRE II PARTE















Hablaba en voz baja.
No levantes la voz,
no vaya a ser que me escuche
decir que no estoy a la altura.
Hablaba de terror,
de ese miedo al lamento
de volver a olvidarte,
tú que nunca estuviste dentro,
que sólo veías tu nariz.
Y yo que te elegí por eso, para no mirarme,
para no verme en el reflejo de un buen amor,
para que mirara donde mirara
sólo oyera tu voz.

8.9.16

EL COMPROMISO II PARTE

 
 
A ti te quiero en paz, con todas las puertas y ventanas abiertas. A ti te quiero sin ningún cerrojo ni llave, ni cuerda que te ate a mi cama, ni remolque que te arrastre a mi nave. A ti te quiero libre, incluso cuando no estás. Libre de ser como tú eres, porque como tú eres, es cuando más me das. A ti y solo a ti, he aprendido a amar sin condiciones, a no retorcer las cosas para ganarme unos galones, a no competir por quién padece, por quién renuncia más, como si el amor fuera sacrificio, como si una deuda fuera a unirnos más.
Siento que he venido al mundo a crear mundos contigo, y siento que a tu lado mi nave vuela más alto.
A tu lado amor, es más lento el enfado, no se me agarra a las tripas, no me come, no me ahoga, no me grita. A tu lado, lo malo, lo grosero, lo feo...se olvida. A tu lado no hay mal que no cure una risa.
El compromiso que tengo contigo es el de seguir creciendo juntos, animando cada paso, regañando cada atajo en el camino. Seguir creciendo juntos amor, descifrando las señales que nos marque a cada cual nuestro destino.

1.9.16

8.08.06 (Parte II)

 
Por aquel entonces me enfadaba mucho. La paciencia no era mi mejor virtud . Sentía que nadie me entendía, porque no me entendía yo. Creía necesitar una constante donde agarrarme, la idea de un mundo donde nada cambiase. Necesitaba aferrarme a las creencias que me habían funcionado los últimos diez años, porque me aterraba no estar a la altura de mi nuevo mundo que empezaba a asomar. Me daba pereza volver a empezar. Ya empezaba a ver que las nuevas creencias que tenia que inventar, volverían a ser viejas con el tiempo, que nada iba a ser siempre igual y que la vida siempre dependería de cómo la tratásemos, de cómo la mirásemos, de si la íbamos a escuchar. Que de nosotros iba a depender cómo sería cada día de nuestra vida, cada día de nuestra vida.
"Cambia el mundo o estaré cambiando yo" dije entonces. El mundo cambia si cambio yo, es más, el mundo cambia como cambio yo.
Un tío sabio me dijo entonces: "A veces hay que ser roca. A veces hay que ser agua" A veces hay que aferrarse y creer, y otras dudar y dejar ir, para con suerte volver a creer y hacerte nuevas preguntas así.
Otro sabio aquel día me recordó que "la vida es un baile de ilusiones y el que no baile está muerto".
Bailemos entonces, sin parar, pegados a veces, otras enfadicados. Bailemos a lo loco sin ritmo, bailemos solos o acompañados. Bailemos sacando la lengua o para llorar bailemos de brazos cruzados, pero bailemos, no dejemos de bailar hasta el día en que la vida decida dejadnos de hablar.