la vida empieza a los treinta

28.1.08

MEJOR PERDER QUE JUGAR SOLO

Dejar marchar y apartarse, cerrar puertas para abrir otras sin corriente. No eres tan grande, ni tan fuerte, ni tan flexible como para poder con todo. Si al final siempre duele, mejor que duela de una vez para siempre, que para siempre arañando un poquino, como un pellejo en la uña del dedo chico. Tomar decisiones en vez de esperar acontecimientos, en vez de mirar como se te viene encima el castillito de naipes que lleva años tiritando. Se trata de ti. Se trata de que no hay más margen. Se trata de que no quedan escusas. Perdiste, no pasa nada. Debe ser liberador poder irse al vestuario incluso derrotado, cuando juegas un partido sin portero, ni arbitro, ni contrincante...mejor perder que jugar solo.

MUY DE VEZ EN CUANDO...

La mayoría de los días me levanto ilusionada por el día que comienza y por la cantidad de puertas que por abrir quedan. Madrugo y hace frío ahora, y el café de la mañana mientras repaso los informes me sabe a elixir de dioses, ningún otro café me sabe igual. Dependiendo del día, crece el cayo que reside en mi ojo derecho, dependiendo de si a la locura le ha dado por madrugar o no. Si tengo suerte y tiempo, voy colocando los ladrillitos que forman el muro de mi bastión, y asi voy ganando territorio al enemigo, en mi caso desidia, conformismo o inquietud interior. Tengo mi momento al llegar a casa de entregarme entera al sillón, y mis ratos de vez en cuando, en los que las musas que viven en mi interior despliegan su magia, y yo dejo de ser yo, para ser más yo.
Hoy se cruzó la melancolía delante del coche que iba delante de mi, mañana será otro día, pero a esa tristeza vaga y profunda, de vez en cuando le da por venir.

14.1.08

MI TESORO



En serio, que me quedo contigo. Me quedo con las confesiones de juerga y con las que hacen más pupa, también a veces las dos son una. Me quedo porque estás cuando me vuelvo loca por querer curar la locura, cuando me vengo a bajo, y tu consejo me anima y tu palabra me ayuda. Me quedo contigo a cuidarte porque tú me mimas, porque siempre hay una botella de vino para descorchar la franqueza, y otra para curar las dudas. Me quedo por lo que siento cuando soy capaz de arrancarte una sonrisa o de darte aliento, cuando te escucho, aunque lo mio nunca ha sido el silencio. Contigo porque hay chispa. Contigo porque no me pasas una. Me quedo contigo, y contigo, y contigo y contigo, por compartir vuestras gracias y aventuras...hoy soy un pelin más sabia, tengo una trompeta que debo domar y el valor de un samuray, para poner de mi parte a la diosa fortuna.