la vida empieza a los treinta

28.6.08



Una vez un viejo amigo me dijo "es genial estar contigo cuando estás así". Al cómo no supo responder, pero jamás olvidaré la expresión de su cara. Pocas veces un gesto me ha hecho sentir tanto amor propio. Buscamos en santa hermandad el grial en el templo de salomón cuando lo tenemos delante de las narices. Y como estatuas de sal miramos siempre a trás para ver qué tren perdimos, cuando en verdad viajamos en bicicleta y lo único que hay que hacer es soltarse de manos y mirar para alante.