la vida empieza a los treinta

7.9.06

Del mundo que nos rodea

Cuál es la realidad, la que ven nuestros ojos o la que interpreta nuestra mente. La verdad en esta parte del planeta donde yo vivo es la que todos quedamos que sea. Una persona puede considerarse feliz si logra aquellas cosas que todos entienden que son exitosas, trabajo, coche, casa, sonrisa, aspecto, algo de gracia, amigos, pareja, vacaciones, puentes…Y puede ser que lo tengas todo y tu vida haga equilibrio en una cuerda floja. No eres feliz, no como te habían prometido que lo serias cuando tuvieras todo esto. Lo único que puedes hacer, es formar parte de los que lo consiguieron y seguir engañando con falsedad a los que están en camino de conseguirlo y esta es una reacción normal, es como cuando te ofrecen una patata cruda en forma de queso y tu al darte cuenta del engaño te la comes para que no se rían de ti, te da asco, pero pones buena cara.
Mientras hubo un Dios al que temer, los hombres y mujeres estábamos domesticados, el camino bueno y el malo, la recompensa o el infierno. Ahora que ya no creemos en Dios, seguimos igual de domesticados, igual de idiotas, pero nuestros dioses son otros más modernos, el dinero, el éxito, el amor, la amistad, la salud y los intentamos alcanzar cueste lo que cueste, como si sin ellos el destino que nos deparase fuera el mismo infierno. Y puede ser que te guste tu trabajo, puede ser que tengas pareja y con suerte puedes incluso sentirte enamorado y puede que tengas un millon de amigos y asi mas fuerte poder cantar... La salud, a saber: gimnasio, thai-chis, “futin”, pilates, aeróbic… es algo que nos obsesiona hasta que alguien pone dos rayas de coca sobre la mesa y nos lanzamos como avispas para sentir de nuevo que la mentira en la que vivimos es real.

1.9.06

Uno de SEPTIEMBRE

Gracias por cuidarme más de la cuenta, gracias también por dejarme porque aunque fue duro, sin ese abismo a lo mejor hoy no estaría donde estoy. Gracias por esa sonrisa que he buscado como si fuera mía, porque aunque la haya dejado de buscar, me ilumina.
Ahora que ya no haces falta para respirar, haces falta por gusto, lucha como sólo tu sabes para hacerle un hueco a la alegría. Necesitamos Luz, mamá, necesitamos tu risa.

Te quiero.