CORAZÓN PARTÍO

Si estos días duele, escucha: te quiero por tener el don de la empatía, por saber escudriñar en lo mas humano que pueda tener un psicópata, por tener siempre confianza en el poder de la bondad, por haber hecho del amor una forma de vida y haber conseguido desechar de tus deseos lo que a medio mundo le mueve, la codicia. Te quiero por como quieres a tu Nona. Por lo fácil que te resulta amar.

No puedes perder la confianza en un plan magistral en el que todo siempre encaja, porque si no yo no tendré a donde mirar cuando nada a mi alrededor tenga sentido, cómo sabré separar sin ti, la paja del trigo.

EL TEATRO DE LO ABSURDO

Estoy sola y las sabandijas que huelen el miedo cada vez están mas cerca. No tengo nada para defenderme, solo la esperanza en un plan infinito que termine de dejar las cosas en su sitio. Los espectadores de mi banco asienten con lealtad cuando coinciden nuestras vistas, pero nada pueden hacer mas que sentarse a mirar el escenario de lo absurdo que a veces es la vida. Si me alejo de la contienda puedo hacer como si nada, pero siempre está presente el aliento putrefacto que espira el miedo a perderlo todo. No se qué hacer, no se si puedo hacer algo más que esperar.

EL MONTELEÓN

Te llamaré Monteleón. Aprenderé a dominarte y contigo patronearé por las costas que a mi paso alcance. No abandonaré el sueño, aunque este parezca nunca llegar; ser libre supone defender el derecho a escribir mi propia historia, a no dejarme remedar. El coraje de jugártelo a la carta más singular y no guardar los reyes. La locura de no entender la jugada del resto. La confianza en otro tribunal que encuentre tu jugada, la maestra. Te llamaré Monteleón para conjurar el orgullo y la valentía que nacen del saber que la causa por la que entregas tu vida, es noble y justa.

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A la memoria de los capitanes Daoiz y Velarde.