la vida empieza a los treinta

25.4.20

ELLA y ALGUIEN




Una de mis chicas, ELLA, la que menos me esperaba, ingresó la semana pasada en un hospital psiquiátrico. Nunca antes había vivido un brote así. He visto brotes psicóticos llenos de ira y rabia. He visto otros de euforia y desconfianza. Y otros cargados de orgullo y desprecio. Este ha sido nuevo para mi. ELLA, era un ser humano vacío de alma. ELLA sólo podía encontrarse en una habitación completamente a oscuras, el mundo le hacia daño. Y una única emoción inundaba cada rincón de su mente y de su torpe cuerpo: el miedo. Tenía mucho miedo, estaba paralizada de miedo. 
A las personas llamadas locas, les duele generalmente más el mundo que a el resto de los mortales. Pero es que este mundo en el que vivimos últimamente, este estado de alarma, ha derrumbado su vulnerable existencia hasta casi el punto de no existir en vida. 
ELLA no ha podido coexistir en una vida sin el contacto sincero con ALGUIEN. ALGUIEN de carne y hueso, ALGUIEN de verdad, que le recordara, cada vez que sus sombras en susurros le gritaran "no vales nada", cogiéndole la mano, o sujetando con ternura su cara, para fijar sus ojos en los suyos, le recordara que hay ALGUIEN que la ve y la quiere tal y como es, porque tal y como es, es perfecta, viniendo de donde viene. Porque  debajo de las voces feas, debajo de los delirios y las ideas incoherentes que hacen daño, siempre hay alguien que no ha sido bien amado. 
Cada vez que ELLA amanecía algún día, retorcida por el desprecio hacia si misma, por el juicio lacerante sobre sus límites y sus fracasos, por la angustia de no querer ser quien era, había ALGUIEN que le hacia mirar hacia el valor de su lucha diaria, hacia el titánico esfuerzo silencioso de vivir en un mundo que a veces se vuelve inhóspito, sin razón, y sin avisar. 
Era la confianza que entre ambas se había labrado tras años de contacto sincero humano, la que le permitía a ELLA creer a ALGUIEN, cuando le explicaba que todo lo que sentía no era más que una pérfida mentira, que su destino no era irremediablemente hostil y merecido, que todo lo malo que creía que le pasaba, tal y como creía que le pasaba, nacía de dentro de si. 
Pero ALGUIEN no estaba como ELLA necesitaba, porque todos estábamos en conservar la vida, en no enfermar por este dichoso virus letal, en mantener la distancia de seguridad, en tapar nuestras bocas y no tocar nada, y ELLA enfermó porque no supo lidiar sola con las sombras que agazapadas, siempre están a la espera de poder recordarte "no vales nada"
Un solo segundo de verdadera conexión, de franca entrega sin reservas, sin defensas, con otro ser humano, de alma a alma, puede sanar cualquier experiencia. Y puede ser la semilla de una vida plena, con sus luces y sus sombras
Que no se me olvide nunca en esta tarea, que no se me olvide nunca que el único camino es entregar, aceptar y dar amor, sea de la forma que sea. 

Y eso es lo que ELLA me ha enseñado en estos días, porque lo que ha pasado, la parte más mágica de mi alma lo veía venir, pero la parte más humana que también soy, no se ha atrevido a sacar los pies del tiesto. No se ha atrevido a contradecir las recomendaciones y hacer lo que le decía su alma. No se ha atrevido a vivir sin cubrirse las espaldas, a aceptar el temor de verse sepultada si al final se equivocaba, confundiendo soberbia con confianza. No ha confiado en ese pálpito que te dice haz lo que te dicta el alma, y no lo que te de la gana. Porque la gana esta siempre a expensas de los demás, del hambre que tenga o de si está empachada. La gana espera que le den o le dejen de dar. Pero el alma, ni está en deuda, ni debe nada, por eso siempre siente cubiertas sus espaldas.
Gracias a ELLA estoy más cerca hoy de entender mis carencias y mi deseo de alabanza, estoy más cerca de aprender a quererlas para poder olvidarlas cuando la que me hable, sea la luz de mi alma.