la vida empieza a los treinta

28.2.21

Uno



De niña solo veía un solo motivo verdadero que le daba sentido a la vida. Un único sendero. Un sólo camino que entonces era maravilloso y atrevido: hacer el bien, ser buena. Porque haciendo el bien a los demás, encontraba yo mi propia felicidad. 

Imagino que como nos pasa a  todos, con los golpetazos, los gritos, los insultos, los daños, uno se va separando de aquello que le daba felicidad por miedo a ser dañado. Uno se va haciendo mil caminos y mil atajos donde crea que nada le roce. Uno va probando ser mil unos, y el uno, se queda pequeñito y agazapado. A la espera de recordar lo que hacia sencilla la vida, levantarse para dar a quien te encuentres, algo que le pueda hacer más bonito el día.