la vida empieza a los treinta

15.2.07

AY DEL QUE LA VIDA NO LE CAMBIE

Crecer, por lo que voy viendo, consiste en gran parte, en ir ajustando ideas, creencias sobre lo que se ha sido, sobre lo que se quiere ser y sobre lo que se puede ser. Ajustar todo esto sin alejarse mucho de la idea que de uno mismo nos hemos ido forjando día a día, experiencia a experiencia, es el triunfo, creo. Llevo un tiempo quejandome de todo, contemplando el cambio como el fin de la verdad, la involución o evolución, como el fin de la inocencia, sin darme cuenta de que si hay cambio es porque hay camino, y eso es lo que verdaderamente importa, el camino.
Ay del que la vida no le cambie, ay del rígido, del que da siempre las mismas vueltas sobre lo mismo, del que no para de tropezarse en la misma piedra y no es capaz de darse cuenta de que lo que tiene es una china en el zapato. Ay del que llora con las mismas lágrimas, por las mismas cosas aunque tengan distinto nombre, del que no para de quejarse de su mala suerte.
La vida intenta decirnos algo, a veces nos lo chilla al oido y otras nos lo abofetea en la cara, a veces se nos mete en las tripas y urga con malicia a ver si nos damos cuenta de que son molinos y no gigantes contra lo que luchamos.
Odio cuando una frase la comienzo diciendo "yo soy gilipollas pero...", si eres gilipollas y consciente de serlo, ¡no te quejes coño!, y si te quejas, que sea por algo que aún no has descubierto...de eso se trata no, de desojar la margarita, de pelar la cebolla, de tratar de llegar lo mas hondo posible sin ahogarse...