la vida empieza a los treinta

28.12.12

Carta de un admirador secreto


 Tengo guardada una carta de un admirador secreto desde hace muchos años, y aunque en su momento me hice la boluda hoy creo que es buen día para responder. Treinta y cinco años después, la que la admira en secreto soy yo. La recuerdo a mi lado desde siempre y aunque ahora hay un mar tranquilo entre nosotras, sigue a mi lado, porque es en ella en quien pienso a la hora de hacer algo, "que haría Titi?". La recuerdo detrás de mi en alguna fechoría recomendándome prudencia, recordará también haberse llevado algún azote en mi nombre y haberme encubierto en alguna trampa. Ella fue siempre mejor que yo. Yo tengo la estampa y ella posee el interior. A mi se me escapa el alma por la boca y ella guarda la verdad en su corazón, necesita una capa fuerte para proteger la bondad verdadera, esa que no se enseña, que no se vende, que no se alardea. Esa ternura que sólo unos pocos ciegos han podido ver, porque no se ve con los ojos, se siente. Peteñez sabrá de que hablo cuando digo que nadie como ella alberga tanto amor, amor del bueno, del que no se puede describir con palabras. Sigo pensando en ti en cada pasino que voy dando, y voy mirando los pasinos que tu diste para seguir un buen rastro.
 La que te admira soy yo, la que te sigue soy yo, detrás de ti, pegaina a tus pasos.

 Te quiero mucho sisti.