la vida empieza a los treinta

24.10.06

Maestra Luna

Ante la vida no cabe salir corriendo, esconderse o moderarse, todos vamos a morir un día y me parece que a medida que se va acercando ese día vamos pasando factura a nuestro camino, no a los errores, que por lo menos nos hicieron enfadar, y tampoco ante los aciertos, porque los triunfos solo dan subidón en el momento. Yo me pregunto hoy que creo que la muerte no me ronda, si he amado hasta no poder dar más, o si me guardo parcelitas para luego. Nos enseñan a hablar correctamente, a ser educados y honestos, a tener aguante, a saber frustrarnos, nos preparan para una vida que a menudo es ingrata, pero no nos enseñan a amar, eso tenemos que aprenderlo solitos y es difícil, porque necesitas a los otros para amar y los otros también a ti, y todos estamos pez en este asunto, por lo que al final amar termina siendo como un polvo entre adolescentes torpes que no saben muy bien donde tocarse y que no se atreven a hablar del tema, a pedir, a ofrecer, a probar. Tampoco nos enseñan a odiar, pero odiar es fácil, se suele hacer en la distancia, no requiere de ti mas que una lengua viperina y malas compañías; nunca te sientas cara a cara con el ser odiado a explicarle lo que sientes por él, no hace falta, el odio es impersonal, no requiere el mas mínimo esfuerzo.
Las personas más torpes suelen ser superfluas porque adoptan este patrón como norma, es más fácil hablar de los demás que de uno mismo y menos duro. Las personas sensibles se pasan la vida buscando más de ellos, intentando descifrar sus sentimientos y con suerte a expresarlos. Algunos dicen que estas personas están mas preparados para la vida, personal y profesional, porque a parte de la critica, que en este país todos somos licenciados, saben comunicar sus necesidades, saben pedir lo que quieren al resto y normalmente consiguen embarcar a los demás en su proyecto.
Cuando mi sobrina me abraza y me dice que me quiere, con esa espontaneidad que solo tienen los niños de dos años, me parece el ser mas perfecto que he conocido nunca, me siento diminuta a su lado, indefensa y débil, porque ella a su corta edad, sabe mucho más de la vida que yo.

16.10.06

La Caballeria- Comarca de las Villuercas


Yo tengo una casa
en el único lugar del mundo
donde te abrazan las montañas.
Ahí suelo encontrarme
cuando no se lo que busco,
ahi encuentro la paz
porque el tiempo corre lo justo.
Y con el corazón en un puño
me tendré que marchar,
abandonar el único lugar
donde le he tenido,
y aunque ahí deje mi alma
y parte de mi esperanza,
la tierra me la llevo conmigo.