Y le gustaba mojarse, y te daba la patita, y se sentaba a tu lado aunque no le hicieras caso, y el asma no le dejaba ladrar como Dios manda, y llevó con dignidad el que lo destronaran, y... era un buen perro.
Jopé! Pucho era increible, podía estar horas contigo solo con que le pusieras un dedo en la cabecita, se conformaba con poco, porque era sencillo y cariñoso. No era inquieto ni muy juguetón pero el día que le apetecía se ponía travieso y se eternizaba "estornudando" como si fuera lo más divertido del mundo... Eh! pero también tenía su carácter, nunca he visto a un perro desafíar tanto a mi hermana. Qué wapo!! Jo Meri, me ha dado un vuelco cuando he abierto el blog... Snif! Snif!
Saludos Meripeitx, soy conocida "foril" de tu hermano Lucas. Al leer y ver este tema no he podido resistir la tentación de aportar algo... Yo también tuve un perro; le llamábamos Pequi porque (en teoría) era un pequinés. Ni pequinés -en cuanto creció quedó claro- ni narices: era un chucho como Dios manda: cariñoso, leal... Creo que las personas que no han tenido perro no pueden entender hasta qué punto pueden conmoverte, sentir que los conoces y que ellos también te conocen a ti. Vamos, que me ha conmovido este tema del blog...
5 Comments:
Pucho, Puchino, hijo de la Xana y de un veraneante llamado Cartucho. Pilar fundamental de nuestra infancia...
snif snif
¡Puchete! le llamamos así porque cuando era un cachorro se metía dentro del lavavajillas, dentro de los pucheros. ¡Puchete!
Y le gustaba mojarse, y te daba la patita, y se sentaba a tu lado aunque no le hicieras caso, y el asma no le dejaba ladrar como Dios manda, y llevó con dignidad el que lo destronaran, y... era un buen perro.
Jopé! Pucho era increible, podía estar horas contigo solo con que le pusieras un dedo en la cabecita, se conformaba con poco, porque era sencillo y cariñoso. No era inquieto ni muy juguetón pero el día que le apetecía se ponía travieso y se eternizaba "estornudando" como si fuera lo más divertido del mundo... Eh! pero también tenía su carácter, nunca he visto a un perro desafíar tanto a mi hermana.
Qué wapo!! Jo Meri, me ha dado un vuelco cuando he abierto el blog...
Snif! Snif!
Saludos Meripeitx, soy conocida "foril" de tu hermano Lucas. Al leer y ver este tema no he podido resistir la tentación de aportar algo...
Yo también tuve un perro; le llamábamos Pequi porque (en teoría) era un pequinés. Ni pequinés -en cuanto creció quedó claro- ni narices: era un chucho como Dios manda: cariñoso, leal... Creo que las personas que no han tenido perro no pueden entender hasta qué punto pueden conmoverte, sentir que los conoces y que ellos también te conocen a ti.
Vamos, que me ha conmovido este tema del blog...
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