la vida empieza a los treinta

17.3.20

Estado de Alarma



Son días estos de recogerse y como no estamos ya acostumbrados, surge el abismo de encontrarse con uno mismo. 
Una parte de mi sonríe y está tranquila porque sabe que este "estado de alarma" es lo que tiene que ser y es perfecto tal como es. Cuando estoy más intranquila me sumo a la idea de que esto es como un castigo divino, como el de Noé, por ser una sociedad que se está pudriendo. Pero esto que está siendo, es mucho más que un castigo. Si me apuras, si me encuentro mucho más conmigo, es hasta un regalo. No es que sea una lección para una humanidad descarrilada, es que para seguir dando pasos como aquel que dio Amstrong al pisar la luna, aquel que permitió contemplar por vez primera desde fuera nuestro hermoso planeta, este es el paso que toca ahora. 
Algunos morirán, muchos más sobrevivirán. A los que parten a otros mundos: gracias por el sacrificio o enhorabuena por trascender esta vida, según se vea. A los que se queden: ojalá encuentre cada uno en su silencio, en su soledad, dentro de si, su fé, su espiritualidad, su entender cual es su destino, o cual es su camino. Ojalá nos reencontremos con lo que de verdad somos más allá del entretenimiento en el que solemos estar envueltos y a veces devorados. 
En estos dias de confinamiento intentaré buscar el silencio que me ayude a luchar contra el miedo que se me agarra a esta carne que también soy. No se que va a pasar, no se si todo lo que oigo es verdad, mentira a medias, cachondeo o crueldad, y ese no saber es crucial en este juego. 
Confío y deseo que lo que pase va a servir para algo. Confío y deseo que estemos a la altura de tanto sacrificio, casi siempre el de los mismos. 
Me engancho cada vez que puedo al orgullo y al amor que siento cuando veo cómo la mayoría de las personas se entregan a su destino, hay verdaderos héroes en cada hospital y en cada centro comercial o negocio que aún está abierto, valientes que trascienden el miedo. 
Me inspiran para intentar ser lo mejor que pueda, para dejar el egoísmo afuera y unirme a esta ola de tres metros que representa el saber que el destino de todos, es el destino de uno mismo.

Os quiero gente, os deseo la mejor de las suertes...¡salud!