la vida empieza a los treinta

3.6.19

Mi patrón



Tengo el mejor amor que habría podido elegir de entre todos los amores del mundo. El es la ternura hecha hombre, y para él es fácil darse porque en él los besos, las caricias y los abrazos no se esconden. Su amor es tan verdadero porque no le nace del miedo o de la necesidad de ser amado, es pura verdad. El es fuerte y seguro, y siempre está convencido de que todo va a ir bien. Pero si saca los dientes mejor apártate o acabará contigo. Porque la ternura también convive con el fuego en su alma, un fuego que si se desata es capaz de arrasar por donde pasa.
Han pasado años y cada día lo veo más claro, él es el hombre de mi vida, está hecho para mi, los dos nos hemos hecho mejores juntos.
No sabes cómo cada día saco algo de ti, algo que me acerca un poquito más a esa persona que quiero ser, que en verdad soy, oculta tras mis máscaras. Escudriñando tus gestos, amando tus flaquezas, intentando comprenderte cuando te escondes, me entiendo. 
El es trasparente, pero también sabe guardarse en algún rincón de su insondable alma. No se qué hace cuando está consigo, no se si se repliega porque algo le asusta o el día no le cuadra, porque aunque él es fuerte, también la falta de un abrazo le puede quebrar el alma.  El me ha enseñado a dormir abrazados, y aunque a veces se me olvida, siempre le abrazo cuando el sueño me falta. Me ha enseñado a decir te quiero y a despedirme siempre con un beso... quizá sea eso, mi patrón sabe que hacen falta besos para desplegar el alma.